Según el ensayista español Rafael Llopis: "La literatura de horror es aquella cuyo fin esencial es producir miedo al lector, mezclado con cierto placer estético".
En literatura existen dos tipos de miedo:
- El Natural: que incluye aquellos miedos infundidos por entidades reales, como un asesino, un violador, el ataque de un animal, etc.
- El Sobrenatural: que se ocupa de aquellos miedos como el que produce un fantasma, un demonio, un vampiro, etc.
Los términos "horror" y "terror" no significan lo mismo. El horror está relacionado a todo tipo de miedo (algo universal), cualquiera sea su procedencia; el terror, a esos miedos provocados por entidades específicas que emanan o se originan de la tierra, como pueden ser: cadáveres enterrados, cementerios, mundos subterráneos etc.
La literatura de horror del siglo XIX era considerada como expresión fantástica, quizás por las aproximaciones de los términos "fantasma - fantástico"; no obstante hoy sabemos que el miedo no es la única condición de lo fantástico; pues incluso el humor le es permitido.
Una obra literaria es fantástica cuando entraña un hecho sobrenatural; una ruptura, una rajadura de lo imposible en el mundo real, modificando a este último al punto de no encontrar explicación de lo sucedido.
Entonces, para estar seguros si un relato es fantástico, debemos plantear básicamente dos preguntas: ¿el elemento o situación en análisis quiebra la REALIDAD del relato o la modifica al punto de romperlo?, y ¿queda el elemento o la acción final SIN EXPLICACIÓN?
El elemento fantástico puede delatarse en una acción o más; en entidades, personajes, en el ambiente, en los objetos, etc. Un solo elemento, aislado de la trama argumental dentro del relato, no logra por sí solo que éste se torne fantástico; pues para lograrlo es necesario mantener la idea de sobrenatural, pero, sobre todo, de "inexplicable" (*).
La línea que separa lo fantástico de lo "maravilloso", lo "mágico" o lo "milagroso", es realmente estrecha, y con facilidad estas tres formas tienden a ser confundidas; no obstante cada una presenta características propias. Es así el caso de:
- "LO MARAVILLOSO", que a diferencia de lo fantástico, el suceso o las entidades en sí, no quiebran o modifican la realidad; convive en armonía con ésta.
Ejemplo: "El mundo de las hadas es un mundo maravilloso que se añade al mundo real sin atentar contra él, ni destruir su coherencia". (Roger Caillois).
- El caso de lo "MÁGICO", a diferencia de lo fantástico, sí puede ser explicado. El suceso es posible por intervención de la magia; por tanto no llega a ser algo imposible dentro de la realidad literaria.
- De igual modo, lo "MILAGROSO" puede explicarse por intervención divina o mediante la fe.
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